El Rituerto
pasa casi seco por Almenar y eso que el Araviana ya ha dejado en
él sus escasas aguas. Si no hubiera sido por una broma de la
Geología, el agua habría convertido a las tierras de esa zona en
una fértil vega. Cosas de la naturaleza, que no entiende de
política ni de intereses bastardos si se la deja hacer a su
aire, a su tierra, y a su cauce. A los Salcedo ese detallito
geológico les trajo sin cuidado y a saber el agua que gastarían
del manantial comunitario para abastecer el enorme castillo, hoy
bien restaurado, y donde, cuando las nobles piedras habían sido
sustituidas por yesos y cementos, nació Leonor Izquierdo, la
musa del poeta provincial por excelencia, Antonio Machado. La
Virgen de la Llana sentó sus reales en la ermita que lleva su
nombre. Hizo un milagro, o muchos, pero el que más interesa a
los habitantes de Almenar fue el del cautivo que se vio
transportado de tierras del Norte de África a su villa dentro de
un arca, atado con cadenas. Y para que haya constancia de ello,
en la sacristía pueden verse arca y cadenas.