Soria Comentada

Castillo de Rello

Cuando el conde de Coruña, señor de Rello, quiso recuperar su título nobiliario, mandó a sus fieles administradores para que testificaran diciendo que tenía muy buena fortaleza edificios y aposentos, y la villa estaba cercada muy bien; otros decían que la fortaleza era una torre maltratada y la cerca tenía algunos portillos y la casa estaba para hundirse y el conde la hizo toda de nuevo... que el conde lo hizo todo de nuevo... que el conde después que compró a Rello la cercó de cal y canto, edificó la fortaleza y la casa y hizo algibe, cavas, troneras, barrera, baluartes y otros muchos edificios en que gastó como tres cuentos de maravedís. Y que el conde, en fin, trató muy bien a sus vasallos. ¿Trató bien alguna un conde a sus vasallos? No sabemos, tal vez sí, tal vez mejor que los recaudadores reales. Pero de eso no queda constancia en los archivos. Hoy Rello es una isla pétrea en medio de otras piedras con aspecto lunar, y bordeando las murallas discurre un río de donde, a veces, se escucha a unas muchachas cantando el romance del Conde Olinos mientras lavan la ropa.

© Isabel Goig

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